domingo, 2 de agosto de 2009

Cultivo del Avellano

Cultivo del Avellano

1. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS.
Es una planta de climas templados, aunque tiene un área de distribución notable (de Asia Septentrional pasa a Rusia, Austria, Alemania, Francia, España e Italia).
Las temperaturas medias anuales deben oscilar entre 12 y 16ºC, con un mínimo de 700 horas-frío por debajo de 7ºC y temperaturas mínimas invernales no inferiores a -8ºC.
Prefiere localizaciones aireadas con una temperatura elevada unida a cierto grado de humedad, ya que favorece la fructificación y el desarrollo de las avellanas. Sin ser muy exigente, el avellano requiere un terreno profundo, fresco, blando, de naturaleza silíceo-calcáreo-arcillosa o calcáreo-silíceo-arcillosa y de subsuelo permeable, con pH entre 5.5 y 7.8. No se da bien en terrenos excesivamente arenosos ni en los terrenos arcillosos donde puede verse afectado por las aguas estancadas, adquiriendo la planta un desarrollo limitado.

El avellano es muy sensible a la sequía, y si las tierras son excesivamente calcáreas y de naturaleza seca puede resentirse por la falta de humedad. A la más ligera sequía, es muy frecuente la caída prematura del fruto, y la cosecha puede verse reducida.
Es posible plantar avellanos en lugares castigados por heladas que no se adaptan para otros frutales, pero es más seguro plantarlos en localidades libres de heladas.
2. PROPAGACIÓN.
El avellano se multiplica por semilla y por vástagos. La multiplicación por medio de vástagos es más ventajosa, desarrollándose estos plantones con mayor rapidez.
Se puede propagar también por acodo, por estaca y por injerto; pero estos dos últimos métodos son muy poco usados.
El injerto se realiza a yema velando o por aproximación.
Al carecer el avellano de raíz pivotante resulta más fácil su trasplante.
3. POLINIZACIÓN.
La mayoría de los cultivares de avellano son autoincompatibles, por tanto en las plantaciones comerciales deberán plantarse dos o más variedades intercaladas.
La floración masculina se inicia a finales de verano, siendo el frío el que frena su desarrollo para que al entrar el árbol en vegetación el derrame del polen coincida con la receptibilidad del estigma.
En climas de atmósfera seca, las cosechas están más aseguradas que en los climas de atmósfera húmeda, afectados por las nieblas, que son causa de hidratar el polen y de perderse parte de la cosecha.

Los avellanos son polinizados por el viento. El mismo pistilo puede ser receptivo por un periodo de varias semanas.
Después de la polinización, el tubo polínico crece hacia la base del estigma, entrando en un periodo de reposo por cuatro a cinco meses, después de dicho periodo reanuda el crecimiento y por fin fertiliza al óvulo.
La cáscara de la avellana es la pared del ovario, mientras que la semilla es fundamentalmente el embrión.
4. VARIEDADES.
Se pueden reunir en tres grupos, pertenecientes a las tres subespecies siguientes:
Corylus avellana racemosa (Lam): de fruto orbicular, ramas oblicuas, hojas amplias y numerosas, avellanas agrupadas en racimos, redondas, con frecuencia estriadas y muy voluminosas. Variedades: Santa María de Jesús, San Juan, San Nicolás y San Cono, etc.
Corylus avellana glandulosa (Lin.): de fruto grueso, mediano o pequeño en forma de bellota, en forma de mitra, cónico con base más estrecha y ápice acuminado o deprimido. Cáscara menos dura. Es muy rústica y vigorosa, alcanzando un desarrollo casi arbóreo. Variedades: Ghiannusa, Cannellina, Minnulara, Nepulli, Panuttara, Baccilara, Muddisi, Piattiddara, avellano común, avellano ordinario, avellano de España, etc.
Corylua avellana maxima (Lam.): vulgarmente Napolitano o Avellano de fruto globoso, que crece muy rápidamente y alcanza gran altura, con ramificaciones y hojas raras. El fruto es globoso o redondo, grueso, mediano, de cáscara dura. Variedades: Badara ubertosa, Cerro, Pigra, Privitera, Balzanotto, San Giorgio, Reganati, Rizo, San Elmo, Avellano de Inglaterra, Avellano estriado, etc.
5. PARTICULARIDADES DEL CULTIVO.
5.1. Labores.
En la preparación del terreno antes de la plantación se realizará primero un desfonde.
Durante los tres primeros años se realiza durante el invierno una cuidadosa labor de pala y durante el año, una o dos cavas, para destruir las malas hierbas. A continuación se hace por lo menos una labor de pala al año.
Durante el periodo de reposo requiere labores profundas, aunque se dañen un tanto las raíces, pero a partir de la entrada en vegetación estas deben ser lo más superficiales posible, manteniendo el suelo constantemente limpio de malas hierbas.
En zonas con elevada pluvimetría se sustituye el laboreo por la cubierta verde entre hileras.
5.2. Plantación.
Antes de la plantación se trazarán líneas que coincidan entre si para permitir un laboreo cruzado que reduce la mano de obra al mínimo, se abrirán hoyos a una profundidad a 30-40 cm, teniendo en cuenta que el avellano exige grandes distancias de plantación.
El momento más oportuno de efectuar la plantación será tan pronto como el árbol se haya despojado de las hojas, o momentos antes de entrar en vegetación.
Existen dos sistemas clásicos de cultivo en el avellano: en forma de matorral y en forma de árbol.

-Plantación de matorral: antes de la plantación, los plantones tienen que desyemarse en toda la parte que quede enterrada para evitar la salida de retoños. Se trazará un marco de 20 cm de lado, en cuyos ángulos se colocará un plantón o formando un triángulo, con objeto de tener una cepa amatarrada.

-Plantación en forma de árbol: la forma alineada de un solo plantón se está implantando en las zonas de regadío.
Con este sistema de acortan las distancias entre árboles y entre líneas, consiguiendo así, poder mecanizar más el cultivo y economizar en mano de obra.

Una vez realizada la plantación, sea cual sea el sistema, se desmocha el plantón a una altura de 30 cm
5.3. Marco de plantación.
En regadío, la variedad Negret tiene un marco de plantación de 6-7 x 3-3,5 m para las plantas de un solo pie, y 6-7 x 5 m, en plantas con cuatro pies. En secano, para la misma variedad, las distancias son de 6-7 x 5-6 m, en cuatro pies.
Otras variedades, como la Tonda Giffoni y Pauetet, más vigorosas, sólo se cultivan en regadío. En plantaciones de un solo pie, siendo los marcos de 7-7,5 x 3,5-4,5 m; en plantaciones de cuatro pies, el marco es de 8-9 x 6 m.
5.4. Abonado.
Hay que tener en cuenta que el avellano es muy exigente en calcio y en menor grado en potasio y el fósforo.
Si el terreno es muy alcalino debe aumentarse la dosis de superfosfato y aplicar algún micronutriente, ya que el avellano en estos terrenos es muy sensible a fisiopatías carenciales, especialmente cuando llega a cierta edad.
En plantaciones tradicionales de regadío, con cosechas medias de 2.500 kg/ha de avellana en cáscara, se recomiendan dosis aproximadas de 120 kg/ha de N, 40 kg/ha de P2O5 y 100 kg/ha de K20.
5.5. Riego.
En los climas cálidos presenta necesidades de riegos, pero estos deben darse oportunamente, ya que de sufrir la más ligera sequía es causa de la caída prematura del fruto. Se aconsejan en regadío o en secanos con pluviometría elevada.
En secano debe disponer de suficientes precipitaciones en la primavera y en el verano y un mínimo de lluvia otoñal para mantener una buena vegetación en el momento de la aparición de los órganos florales y del desarrollo del fruto.
Las necesidades de agua son particularmente elevadas durante el periodo que abarca el crecimiento vegetativo, la inducción floral y el desarrollo de la avellana.
El sistema de riego más empleado es el localizado (goteo, microtubo, microaspersión, etc.) y las dosis anuales de agua suelen ser de 2.500-3.000 m3/ha, repartidas entre mayo y septiembre.
5.6. Poda.
El avellano es una planta arbustiva y la poda de formación debe realizarse teniendo en cuenta su naturaleza. Posteriormente se irán desmochando los vástagos que surjan de la base y se irán reemplazando los ramos fructíferos conforme se vayan agotando.
El avellano fructifica lateral y terminalmente en ramas del año anterior, por tanto la poda debe estar dirigida a estimular una cantidad moderada de crecimiento nuevo en cada año.
Conviene realizar alguna poda para facilitar el acceso de luz al centro de la copa y así evitar que la plantas fructifiquen exclusivamente en la periferia.
La extirpación de los rebrotes constituye un elevado coste en esta especie. Tradicionalmente han sido eliminados de forma manual en invierno. Actualmente pueden utilizarse herbicidas (Paraquat, Glufosinato de amonio, etc.) para frenar su desarrollo, facilitando así su eliminación en invierno.
6. PLAGAS Y ENFERMEDADES.
6.1. Plagas.

-ARROLLADOR DE LAS HOJAS (Archips rosana).

Es una plaga muy extendida por casi todas las zonas avellaneras, cuyo síntoma característico es la aparición de hojas enrolladas, aunque los daños más serios aparecen en los brotes fructíferos, por tanto repercute en una merma de la cosecha.
El agente causante es una mariposa de color marrón, con rayas más oscuras en las alas. Las larvas son verdes, con tonos más o menos oscuros y con un tamaño aproximado de 9 mm.
El invierno lo pasa en estado de huevo, sobre los troncos y ramos del avellano. Estos huevos se avivan en la primavera, y las larvas se alimentan de las hojas durante 3 o 4 semanas, y para protegerse se enrollan a menudo en el interior de ellas.
En el interior de estas hojas sufren la metamorfosis, y la mariposa emerge en junio o julio.


Control biológico.

-Emplear difusores de feromona, la trampa recomendada será de tipo triangular. Este tipo de trampa tiene un lámina pegajosa en la que los insectos quedan atrapados en un adhesivo especial.

-Control químico.

-El control químico se realiza con insecticidas aplicados en el inicio de la brotación.
Se puede emplear Triclorfon 80%, presentado como polvo soluble en agua con una dosis de 0.25-0.30%.

-CAPRICORNIO DEL AVELLANO (Oberea linearis).

Es causante del desecamiento de la brotación terminal, por ello le llaman también minador de los brotes.
Este coleóptero negro, de largas antenas, se puede encontrar en los campos de avellanos en los meses de mayo-junio, pero es difícil llegar a verlos porque, por lo general, están escondidos entre el follaje, agrupados en la cara inferior de la hojas. La puesta se verifica en la extremidad de las ramas jóvenes donde las hembras practican numerosas incisiones en la corteza para depositar los huevos.
Las larvas nacen unos diez días después y empiezan a excavar una galería subcortical, en forma de anillo, alrededor de las ramas; después, penetran en la parte central donde excavan una larga galería para invernar. El desarrollo de las larvas requiere dos años: en el segundo año excavan una corta galería ascendente donde se convertirán en ninfas; en la primavera siguiente se convertirán en adultos, saliendo al exterior a través de un pequeño agujero.

Control.

-Cortar y quemar los ramos secos a principios de otoño.

-CHINCHES (Piezodorus lituratus, Gonocerus acuteangulatus, Nezara viridula, Palomena prasina, Raphigaster nebulosa, Corythucha salicata, Lygaeus pandurus, Dolycorus baccarum, Carpocoris pudicus).

Son numerosas las especies de estos hemípteros que atacan tanto a los avellanos silvestres como a los cultivados. Pasan el invierno en estado de adulto, en diversos matorrales, y con el buen tiempo colonizan las brácteas del involucro de las avellanas.
Los chinches se encuentran generalmente en la parte inferior de las hojas del avellano, alimentándose de los jugos que chupan, pero los daños realmente importantes son en los frutos, sobre los cuales inician los ataques desde las primeras fases del desarrollo.
Por el agujero que ocasiona en la avellana la picadura del chinche, sale un líquido oscuro, que forma pequeñas manchas irregulares y negruzcas, bien visibles desde el exterior.
Si el ataque tiene lugar cuando la avellana alcanza de 7 a 8 mm, los tejidos alrededor de la zona atacada se necrosan, adquiriendo un color pardusco, y dando al fruto un sabor un tanto amargo.
Generalmente las picaduras tienen lugar en el ápice, y al partir las avellanas aparecen las manchas blanquecinas, parduscas y porosas.
Estos chinches ocasionan graves pérdidas tanto en el peso como en la calidad de las avellanas. En algunos controles se ha comprobado que esta plaga es la causante de hasta un 50% de las caídas de avellanas, que tienen lugar en junio-julio.

Control.

-Se aconsejan los espolvoreos en los meses de mayo y junio, realizando 2 o 3 tratamientos a base de Carbaril 10%.

-PULGONES (Corylobium avellanae, Myzocallis corylii).

Los pulgones aparecen en primavera y están presentes durante todo el verano. Los adultos miden 1.5 mm, viven en el envés de las hojas y sobre las yemas, donde se alimentan chupando los jugos.
Corylobium avellana es de color verde, de forma globosa, ataca con preferencia, a los brotes y a las extremidades de las ramas en vías de crecimiento. La sustancia azucarada que segrega puede contribuir a ocasionar quemaduras en el follaje. Esta defoliación anticipada repercute en el tamaño y en la calidad de las avellanas.
Myzocallis corylii es de color amarillo, vive formando pequeñas colonias, en la cara inferior de las hojas. Los daños que causa son: debilitamiento general de la planta y, en consecuencia, la reducción de la cosecha, debido a la savia que extraen del árbol.

Control.

-Para la lucha contra los pulgones se recomiendan las siguientes materias activas:
Materia activa Dosis Presentación del producto
Benfuracarb 20% 0.20-0.30% Concentrado emulsionable
Lindano 80% 0.02-0.04% Suspensión concentrada



HAPLIDIA DEL AVELLANO (Haplidia etrusca).

Este coleóptero presenta una única generación anual. Los adultos aparecen en junio-julio, saliendo del suelo durante el crepúsculo.
Se alimentan a expensas de las hojas del avellano durante la noche y, al amanecer, se dirigen al suelo, donde ponen sus huevos. A diferencia de los adultos, las larvas se nutren activamente, sobre todo, a expensas de las raíces del avellano durante el periodo comprendido entre julio y agosto y hasta mayo del año siguiente, momento en que crisalidan en el suelo.
Los daños producidos por los adultos son tolerables, aunque, a veces, resultan graves los producidos por las larvas.
Las lesiones en el sistema radicular producen un rápido debilitamiento del avellano.

Control.

-Contra los adultos, se puede intervenir en la segunda mitad de junio y repetir el tratamiento en la primera mitad de julio, empleando Carbaril.

-ABORTO DE LAS YEMAS O BADOC (Phytoptus avellanae).

Esta plaga se encuentra extendida por todas las comarcas avellaneras del mundo, parasitando tanto a los avellanos cultivados como a los silvestres. La intensidad del ataque depende de las condiciones climatológicas, de la especie y de la variedad.
Es un ácaro muy pequeño, transparente, con un tamaño aproximado de 1.5 mm y forma muy alargada. Ataca las yemas ya fructíferas o vegetativas, y debido a su invasión no pueden desarrollarse; en algunas variedades son también afectados los amentos masculinos, que quedan deformados, rígidos y quebradizos y apenas producen polen o no lo producen.

El ácaro inverna en el interior de la agalla que se mantiene cerrada hasta la llegada del buen tiempo. Después se abre y los insectos, abandonando el refugio invernal, van en busca de las yemas, donde originan sus colonias. La yema invadida por el ácaro, llegado el mes de julio empieza a hincharse en su axila, adquiriendo una coloración amarillenta, y de manera gradual aumenta su volumen a medida que se multiplica el insecto, hasta formar la agalla donde pasará la invernada.
El porcentaje de yemas afectadas varía con los años, según sean más o menos favorables a la plaga las condiciones climatológicas. Parece ser que le favorecen los años de sequía.
A causa de sus innumerables picaduras debilitan al árbol de tal manera que provocan la caída del fruto en pleno desarrollo.

Control.

-El periodo migratorio del ácaro, es decir, cuando sale de sus refugios invernales para invadir las yemas en la nueva vegetación, suele ser a finales de marzo, siendo entonces el momento apropiado para combatir la plaga. El número de tratamientos necesarios será de 3 o 4 , distanciados entre quince y veinte días. Las materias activas recomendadas para esta plaga son:
Materia activa Dosis Presentación del producto
Azufre 60% + Endosulfan 3% 30 kg/ha Polvo para espolvoreo
Clorpirifos 24% + Endosulfan 20% 0.13-0.18% Concentrado emulsionable
Diazinon 40% 0.10-0.20% Polvo mojable
Endosulfan 24% + Metomilo 8% 0.25-0.40% Concentrado emulsionable
Etil Azinfos 20% 0.20-0.25% Polvo mojable
Metidation 40% 0.10-0.15% Concentrado emulsionable
-POLILLA AMERICANA DE LAS AVELLANAS (Melissopus latiferreanus).


Es la plaga más dañina en Estados Unidos. La mariposa mide con las alas extendidas, entre 9 y 10 mm, es de color gris con dos bandas doradas en cada ala. La oruga mide 9 mm y su color es blanco cremoso, con la cabeza ligeramente parda.
Una vez que las larvas han salido del huevo, penetran en las tiernas avellanas, se alimentan en su interior y la destruyen.
Además de este daño directo, hay otros indirectos, por ser los orificios de salida de las larvas y puertas de entrada para otros insectos secundarios, que atacan en el almacén.

La oruga pasa el invierno en forma de capullo, que puede quedar enterrado en el suelo, bajo las hojas que hay sobre el terreno o en los almacenes de manipulación de las avellanas.
En mayo tiene lugar la metamorfosis de las orugas; y las mariposas emergen en el mes de julio, hasta finales de agosto.
Realizan las puestas aisladas sobre las hojas y a los 8 o 9 días la larva penetra en el fruto por entre la cáscara y el involucro.

Control.

-Se aplican insecticidas en espolvoreo o en pulverización. Los espolvoreos se dan por la noche o en la mañana temprano, realizando el primero a los pocos días de la emergencia de los adultos, y el segundo, unas tres semanas después.

-DIABLO (Curculio nucum L.).

Es una de las plagas que mayores daños ocasiona a los frutos, siendo especialmente importante en el área mediterránea.
Este coleóptero puede mantenerse en diapausa invernal en estado de larva durante dos o tres años a poca profundidad del suelo, y transcurrida la metamorfosis y transformado en adulto, aparece en la superficie a la entrada del buen tiempo y antes de formarse las avellanas se alimenta de las hojas. El cuerpo del adulto mide de siete a nueve milímetros de longitud, siendo su coloración general gris amarillento.
En días fríos y vientos fuertes el adulto procura refugiarse en el suelo, para salir de nuevo cuando el tiempo mejora. A primeras horas de la mañana, y especialmente si hay rocío, el insecto se mueve con dificultad y se desprenden con facilidad si se sacuden los árboles; en cambio durante las horas de sol se muestra ágil, volando con facilidad.

Después del apareamiento y una vez formadas las avellanas, la hembra deposita un huevo en cada fruto. Las larvas se alimentan durante un mes del grano de la avellana, y cuando alcanzan su máximo desarrollo miden alrededor de 10 mm, siendo blancas, de mandíbulas potentes, ápodas, con la cabeza de color marrón y el cuerpo algo encorvado.
Las avellanas atacadas caen al suelo y la larva abre un orificio circular de unos 2 mm de diámetro en la cáscara y salen al exterior. En ocasiones las avellanas no se desprenden, pero la larva hace el orificio de salida en el fruto y se deja caer al suelo.
Una vez que las larvas abandonan la avellana, profundizan de 3 a 10 cm en el suelo, donde preparan una cápsula terrosa de forma oval, en la cual invernan.

Control.

-Recogida de insectos, para lo cual se extienden unas telas debajo de la copa, y durante las primeras horas de la mañana se sacuden los árboles, y después se queman.
-Recogida de las avellanas atacadas.
-Laboreo del terreno en invierno.
-Las materias activas recomendadas contra Balaninus nucum son:
Materia activa Dosis Presentación del producto
Azufre 60% + Endosulfan 3% 20-30 kg/ha Polvo para espolvoreo
Benfuracarb 20% 0.20-0.30% Concentrado emulsionable
Carbaril 50% + Lindano 10% 0.15-0.20% Polvo mojable
Clorpirifos 3% 20-30 kg/ha Polvo para espolvoreo
Endosulfan 35% 0.15-0.30% Concentrado emulsionable
Etil Azinfos 20% 0.20-0.25% Polvo mojable
Metidation 40% 0.10-0.15% Concentrado emulsionable
-POLILLA DE LAS YEMAS DE LOS FRUTALES (Recurvaria nanella).

Es un lepidóptero muy polífago que presenta una sola generación anual.
Las larvas pasan el invierno recluidas en un capullo de seda situados en las arrugas de la corteza, y en marzo atacan a las yemas florales y foliares, que son vaciadas y destruidas.
Continúa el ataque en las hojas, a las que unen por medio de hilos de seda en grupos de 4-5 donde se sitúan las larvas y se convierten en ninfas.
Las mariposas aparecen en julio-agosto depositando los huevos en la cara inferior de las hojas. Los ataques a yemas, hojas y flores pueden perjudicar, notablemente la producción.

Control.

-Los tratamientos a finales de invierno a base de aceites minerales son bastante eficaces contra los huevos y las larvas jóvenes.

-FALENA INVERNAL (Operopthera brumata).

A diferencia de otras mariposas, los adultos salen de las crisálidas ya avanzado el otoño o en invierno; los machos alados vuelan continuamente alrededor de las partes altas de las plantas, mientras que las hembras, provistas de solo dos muñones de alas se agarran a lo largo del tronco. Después del acoplamiento, depositan los huevos en las yemas a punto de desarrollarse.
En primavera, las larvas penetran en las yemas destruyéndolas o atacan a las hojas, a las que enrollan, uniendo los bordes por medio de hilos de seda. En mayo-junio, las larvas ya en la madurez, se dejan caer al suelo, donde se entierran, concluyendo el ciclo de la única generación anual.
Cuando estas mariposas son numerosas pueden llegar a defoliar completamente a la planta, comprometiendo la producción del año en curso y la de los años siguientes.

Control.

-Se puede actuar con una simple operación destinada a impedir que las hembras pongan los huevos: envolver el tronco con un anillo de cartulina empapado en una sustancia viscosa. Debe efectuarse a primeros de octubre para impedir el paso de las hembras, las cuales, incapaces de volar, trepan por el tronco en busca de los machos.
-La lucha química puede realizarse a base de aceite de invierno 83%, presentado como concentrado emulsionable en dosis de 2-3%, cuando empiezan a brotar las yemas para eliminar los huevos. Si en el tratamiento, también, se desea combatir a las larvas, se debe intervenir, antes de la floración con Carbaril.

6.2. Enfermedades.

-MAL DEL DESAGARRO (Cytospora corylicola).

Se trata de una de las enfermedades más graves del avellano.
En sus fases iniciales, la enfermedad se manifiesta, externamente, sobre las ramas del avellano, a distinta altura del suelo y en zonas irregulares de color pardo-rojizo que, a menudo, arrugan la superficie.
En relación a esta zona, los tejidos corticales internos e, incluso, los primeros estratos del leño resultan necrotizados.
Los órganos reproductores del hongo son unas pequeñas masas mucilaginosas de color rojo-anaranjado.
Esta enfermedad no tiene un curso tan rápido que produzca la muerte de la rama infectada en el primer año del ataque, generalmente precisa de 4-5 años.
La enfermedad finaliza con la rotura de las ramas heridas. Se forman dos desgarros transversales (en posición opuesta y a distinta altura) y uno longitudinal (de 20-40 cm) que coinciden internamente. El hongo parece desarrollarse mejor en avellanos que no tienen excelentes condiciones vegetativas (fertilización desequilibrada que da lugar a ramas demasiado compactas, exceso de calor en el suelo, falta de humedad en los cálidos meses de verano, etc.) y encuentra una vía fácil de acceso a través de las lesiones de la corteza provocadas por el frío, los insectos, las podas, etc.

Control.

Se basa en el siguiente programa de operaciones:
1.- Eliminación de todas las posibles fuentes de infección; arrancado y quema posterior de todas las ramas atacadas por la enfermedad durante todo el mes de abril.
2.- En los meses más cálidos (cuando aparecen los órganos de reproducción del hongo), realizar tratamientos a base de productos cúpricos, especialmente después de la lluvia.
3.-Mantener las plantas en buenas condiciones vegetativas para darles una mayor resistencia frente a la infección, de este modo se impide el ataque de los insectos xilófagos, que excavan sus galerías, principalmente en las plantas débiles, creando vías de acceso a Cytospora corylicola.

-GLOESPORIOSIS DEL AVELLANO (Gloesporium corylii).

Esta enfermedad se presenta sobre los amentos durante el mes de diciembre, por medio de una coloración pardo oscura de una parte de las brácteas antes de la emisión del polen, seguida de una necrosis del tejido subyacente y de las anteras, hasta destruir completamente la inflorescencia.
En primavera las yemas atacadas, que toman un color oscuro, se abren con retraso o se secan. Las ramas que contienen numerosas ramas muertas, al no desarrollar suficientes brotes, terminan por morir.
Las esporas del hongo permanecen en las yemas muertas, caídas al suelo o en las ramas, infectarán a los jóvenes amentos del avellano que ya aparecen a finales de julio; en ellos permanecerán las esporas latentes hasta llegar el invierno, donde tiene lugar el desarrollo de la enfermedad.

Control.

-Los tratamientos se aplicarán antes o al principio de la aparición de los jóvenes amentos, a finales de julio o durante el mes de agosto.
Las materias activas más empleadas son: Oxicloruro de cobre, Benomilo y Mancozeb.

-OIDIO (Phyllartinia corylea).

En primavera y con climas templados de atmósfera seca durante el día y húmeda por la noche pueden verse las hojas invadidas por este hongo ectoparásito.
Se caracteriza por cubrir las hojas de unas pústulas blanco-grisáceas un tanto voluminosas, y si la invasión es muy intensa puede provocar la caída prematura del fruto.

Control.

-Se combate con las siguientes materias activas:
Materia activa Dosis Presentación del producto
Captan 50% + Metil Tiofanato 18% 0.20-0.25% Polvo mojable
Folpet 40% + Metil Tiofanato 14% 0.20-0.25% Suspensión concentrada
-PODREDUMBRE RADICAL (Armillaria mellea, Rosellinia necatrix).

Los avellanos invadidos por estos hongos son muy difíciles de erradicar, especialmente si la plantación es de matorral y abundan los rebrotes.
A. mellea suele presentarse en terrenos donde ya existía anteriormente o en lugares próximos a depósitos de madera.
Las viejas raíces de los árboles permanecen muchos años bajo el suelo y son las responsables de las infecciones de la nueva plantación. Si el terreno está libre de raíces la enfermedad se propaga con dificultad.
Los avellanos enfermos se desarrollan muy débilmente y las hojas toman un color amarillento y se quedan mustias, desecándose los brotes a lo largo de las ramas.
A. mellea se manifiesta por la presencia de zonas muertas en la corteza de la raíz, y a su alrededor se observan los rizomorfos del hongo en forma de hilos.
R. necatrix produce en las hojas y ramas del árbol idénticos síntomas a los que ocasiona A. mellea; pero este hongo se diferencia de A. mellea en que no produce rizomorfos.

Control.

No existen tratamientos efectivos para erradicar la enfermedad, aunque si se pueden recomendar algunos para prevenirla y otros para frenar su avance:

-Antes de realizar la plantación se dará una labor profunda de arado y se sacarán el mayor número posible de raíces.
-Si el terreno es propenso al encharcamiento, se saneará con zanjas de drenaje y se le dará un buen encalado.
-Para reducir el inóculo del suelo se limitará el aporte de materia orgánica y se emplearán abonos minerales.
-Dejar al descubierto las raíces principales y el tronco, cortar las partes afectadas y a continuación desinfectar las heridas.
-Es eficaz la lucha biológica empleando Trichoderma viride debido a sus propiedades antagonistas respecto a A. mellea, ya que reducen el inicio y crecimiento de los rizomorfos subterráneos pero éste método de lucha ésta ligado al pH del suelo y a la persistencia de sustratos orgánicos que permitan un desarrollo de otros organismos competidores ya instalados.


-TUMORES DE RAÍZ (Agrobacterium tumefaciens).

Esta enfermedad presenta agallas especialmente en los avellanos de vivero, localizadas generalmente en las raíces y en ocasiones sobre las partes enterradas del tallo.
La invasión de A. tumefaciens se produce a través de las heridas causadas por la poda al realizar los acodos.
Se ha demostrado que la acción de estos tumores, en determinadas ocasiones beneficia al árbol, en otras no perjudica y en otras puede llegar a matar el frutal.

Control.

-Desechar los plantones con agallas y no correr el riesgo de tener que arrancar los árboles después de algunos años, con los consiguientes perjuicios.

-LIQUENES.

Son frecuentes en los avellanares demasiado densos o en aquellos que están situados en el fondo de valles o en zonas elevadas y neblinosas.
Se conocen un centenar de especies, pero el más extendido y perjudicial es Xanthoria parietina, que hace de receptáculo de otros organismos parásitos.

Control.

-Realizar aclareos y podas para mejorar la aireación.
-Rascar la corteza con instrumentos adecuados de hierro o de madera.
-Tratar con aceite de invierno 66% + DNOC 5%, presentado como concentrado emulsionable en dosis de 2-3%, después de la caída de las hojas o bien cuando se ha realizado la fecundación y antes de la brotación del avellano.
7. FISIOPATÍAS.
-Avellanas vacías o con grano arrugado: es una de las alteraciones más graves, caracterizada por el fallo del embrión, debido al aborto seminal, a una polinización insuficiente o a una alteración de la fecundación.
La caída prematura de los frutos tiene lugar en julio y agosto, apareciendo las avellanas totalmente vacías o con el grano arrugado.
En ocasiones la cáscara cesa su desarrollo y se vuelve parda cuando tiene aún tamaño reducido, mientras que en otros se sigue desarrollando hasta alcanzar el tamaño normal en la madurez.

-Manchas pardas: se manifiesta en su estado inicial por la aparición de un líquido pardusco en la parte terminal de la avellana, cuando esta ha alcanzado la mitad o las dos terceras partes de su desarrollo.
Al principio son afectadas zonas localizadas de la cáscara, las cuales resultan más blandas de lo normal, pero en una segunda etapa se extiende el daño también a las zonas internas, lo que ocasiona el humedecimiento de la película que envuelve al grano, tomando las partes afectadas un color pardo.
Si el ataque se produce cuando la estación está ya avanzada, solamente resulta afectada una parte de la avellana, pero si es precoz, todo el grano queda dañado y la estructura termina descomponiéndose.
Parece ser que las causas que provocan esta fisiopatía son las condiciones ambientales adversas en periodos críticos del desarrollo de las avellanas.
8. RECOLECCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LAS AVELLANAS.
La recolección se lleva a cabo cuando el involucro ha cambiado de color y empieza a marchitarse, ya que de realizarse con antelación, la semilla no llena completamente la cavidad de la cáscara y es más insípida.
La avellana de calidad se tiene que recolectar rápidamente y con menos del 7% de humedad, en caso contrario es necesario secarla en condiciones adecuadas.
La recolección se lleva a cabo de forma manual y posteriormente se extienden las avellanas, no disponiéndolas nunca en capas de más de 40 cm de espesor.
El almacenamiento de las mismas se realiza en cáscara y dentro de silos normalmente ventilados y protegidos de oscilaciones térmicas importantes.
Cada dos o tres días deben ser cuidadosamente revueltas y al cabo de 15 días se golpean para separar la cúpula o se agitan en cribas para que adquieran un color rojo brillante. Después de golpeadas, se separan con un rastrillo apropiado.
Las avellanas que permanecen aún con la envuelta adherida demuestran que son imperfectas y deben separarse inmediatamente. Posteriormente también deben ser removidas cada dos o tres días para evitar el ataque de hongos.
Fuente: Material de pagina web INFOAGRO